27 octubre 2009


"Para habitar el olvido".


Cuidate del dolor y los amores.
Vienen juntos y no hay quien los separe.
Se arrastran por la vida y acuchillan
las noches y las almas. Nunca hay vino
capaz de diluirlos en olvido.

Cuidate de los amantes que pretenden
tenerte para siempre entre sus brazos.
Limpia tu corazón cada mañana
de los besos eternos de un instante.
No hay palabra peor que para siempre.

Cuidate de recuerdos. El pasado
es un hijo de puta. Nunca seas
la nostalgia de nadie. Es el presente
el único tesoro que merece
la pena conservar en la memoria.

Y de todas las cosas que te traiga
el beso irrepetible de sus labios
guarda las cinco letras de su nombre
sabiendo que no hallarás el diccionario
capaz de describirte lo que fuisteis.
 
 
Rodolfo Serrano.

14 octubre 2009

*.:。✿*゚’゚・✿.。.:* ANATOMIA *.:。✿*゚’゚・✿.。.:*





Ahora le pone los pelos de punta pensar que estuvo metida hasta los pelos con ese crápula, cómo pudo perder la cabeza en esa historia que nunca tuvo pies ni cabeza, cómo fue, se pregunta, cómo pudo echarle el ojo a ese jodido, por qué no fue capaz de ver más allá de sus narices, si yo a este farsante nunca lo pude tragar, este hijo de puta que me ha dejado con el corazón en la boca, pero haciendo de tripas corazón dice basta, basta de hacerme mala sangre, ya bastante bilis me ha hecho tragar este crápula jodido farsante hijo de puta, este tipo que ella quiso hasta la médula, este hombre que la ha dejado en carne viva, y con el alma en los pies jura que sí, ahora sí, ahora por fin pondrá los pies en la tierra, aunque en el fondo sabe que volverá a meter la pata una vez más, y dos, y siempre.


Eduardo Galeano


09 octubre 2009

MUJER QUE DICE "CHAU"...



Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que dejaste aquí.

Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como una ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ése fue el día en que empezó la suerte.

Me llevo el gusto del vino en la boca. (Por todas las cosas buenas, decíamos, todas las cosas cada vez mejores, que nos van a pasar).

No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas. Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.



Eduardo Galeano.